Algunos padres tienen miedo a que sus hijos no los tomen con seriedad, sobre todo en esta era de la información. Sin embargo, el correcto balance entre disciplina y diversión logra que se desarrollen buenas relaciones entre progenitores e hijos incluso en la adolescencia y la vida adulta. ¿Cómo desarrollar una relación respetuosa con tus hijos? Te lo daremos algunas pautas a continuación.
Desarrollar una relación respetuosa con tus hijos es lo deseable
Apreciar a tus hijos por lo que son
En primer lugar, tus hijos deben sentirse apreciados por lo que son. Esta es la clave para establecer una relación respetuosa. Evita en todo momento hacerles sentir menos que otros compañeros, darles a entender que preferirías que fueran de otra forma o criticarlos demasiado. Esto debe tener un balance, puesto que hay cosas que deben ser modificadas para una correcta convivencia en sociedad (por ejemplo bañarse y oler bien). Sin embargo, aquello que es intrínseco a tu hijo no debería ser criticado (que el niño prefiera pintar a hacer ejercicio, por ejemplo).
Un niño que se siente aceptado y respetado por lo que es, cumple las normas del hogar incluso hasta de forma mágica y sin esfuerzo. No hay que estarlo persiguiendo para que se adhiera a las normas de convivencia, ni para que respete a las autoridades dentro del hogar.
Estrategias para mantener una correcta comunicación
Usualmente, los padres empiezan a establecer una buena comunicación con los niños en la infancia pero en la adolescencia suelen perderse. Los hijos se vuelven rebeldes, quieren hacer lo que “se les da la gana” y se producen enfrentamientos. Sin embargo, una de las soluciones para desarrollar una relación respetuosa con tus hijos es mantener la comunicación en todo momento. Algunas de las estrategias que puedes llevar a cabo son:
- Establecer un día a la semana en el cual solamente estén conversando tú y tu hijo acerca de los “temas vitales”. Esto les permite acercarse más, no solamente como padre e hijo, sino como seres humanos. De hecho, este tipo de encuentros es muy recomendable durante la adolescencia, período en el cual tu hijo tiene múltiples preguntas acerca de distintos aspectos de la existencia.
- No te ocultes a tu hijo ni pretendas ser perfecto ante sus ojos. Eres un ser humano que también ha cometido errores, y tu hijo te apreciará más si sabes reconocerlos que si aparentas una máscara de perfección todo el tiempo. No le contarás todas las locuras que hiciste en tu juventud, pero busca conectar con algunos elementos que consideres sensatos.
- Planifica actividades que te permitan conectar con tus hijos y que sean en función de lo que ellos gustan. Por ejemplo, si tienes un niño al cual le encanta pintar pero no le gustan mucho los deportes, obviamente llevarlo a un partido de fútbol no es la mejor opción para establecer una conexión. Sin embargo, puedes hacerlo en una tarde de museos o a través de algunas lecciones de pintura juntos, por ejemplo.
Todas las vivencias que tu hijo vaya coleccionando desde que es pequeño hasta que se convierte en un adulto independiente harán que se mantenga una relación de respeto y protección mutua sin importar el paso de los años. Solamente debes tomar en cuenta dos cosas: saber observar su conducta y querer conectar con él.